domingo, 5 de octubre de 2008

Tarde de Galles

Hola, otra vez yo por acá. Es que volví de los tíos, y cuando voy de los tíos hay una alta dosis de probabilidad de que Gabi saque fotos y de que luego quiera poner algo en el blog.

Y así fue, y así será. Digo, sacó fotos y ya esto aparecerá en el blog.

Fui de los tíos antes de almorzar. En verdad, según la hora de ellos ya era casi tarde para almorzar. Me llevó la tía Cintia. Fuimos en colectivo, porque yo le dije que estaba cansado para caminar hasta el tren. No sé si estaba cansado, pero de seguro que no quería caminar hasta allá.

Ale nos preparó unas costillitas de cerdo con ensalada. Rico. La tía Ale cocina siempre rico, ¡y diferente! Igual antes de comer me puse a jugar a los tutús. ¡Bueno, che! Si los aburre no lo lean. Cada uno tiene su pequeño vicio. yo, por ahora, voy con los tutús.

Después de comer llegó Lolo. Sí el del cumple (vre post anterior). Vino con Andrea, la mamá, y con Mateo, su hermanito. Mateo vino dormido, y así se quedó hasta que estuvieron terminadas las galletitas. Como si se hubiera despertado por olfato. Ah, porque no les dije, venían Lolo y Fede, porque Ale nos iba a enseñar a hacer galletitas.

Antes de que llegue Fede, nos pusimos a jugar con Lolo. Lolo y yo teníamos algo de vergüenza, pero creo que eso es común entre los chicos. Papis y grandes, somos así, no jodan. De todos modos, jugamos a juntar la basura y tirarla en el camión. Acá estamos los dos llamando al camión (que se había ido). Meta grito nosotros, y Mateo que seguía durmiendo. Es más, otro bebé se puso a dormir: la tía Cinti. Encendió la tele (atenti que no me la puse a ver y me fui a jugar con Lolo, eso para que después no me persigan con que los dibus me emboban) para ver los Simpson y se durmió. ¿O encendió la tele para dormirse? Anyway, la tele quedó prendida y ella durmiendo, Mateo durmiendo, nosotros gritando, Gabi sacando fotos, y la tía Ale y Mamálolo no sé.

Después el abu Domi trajo a Fede. Yo vi pasar el auto de Fede, así que me di cuenta enseguida que venían. Ale nos enseñó a lavarnos las manos antes de comenzar a amasar. Se puso el delantal y nos explicó un montón de cosas que ahora no me acuerdo. Mezclamos los ingredientes, amasamos, estiramos con el palo de amasar (se tendría que llamar de estirar), algo de harina, cortamos con las formitas, y al horno.


De las formitas, a mí me gusta la luna. Había formitas de pino, de estrella, de corazón, de luna (claro), de campanita, y no sé si había alguna otra. Cuando pusimos las primeras galles al horno, ya queríamos comerlas. Pero Ale nos dijo que había que esperar, que mientras tanto haríamos unas de chocolate. Creo que quiso de decir harina de algarroba. ¿Algo roba? Mal chiste.


Ale y Gabi prepararon la leche, no sin cierta peleita, y tomamos la leche con las primeras galles (saladas) mientras las otras (dulces) se horneaban dulcemente.

Después fuimos a jugar a afuera. Mateo que caminaba por todos lados. Morena un rato suelta un rato guardada. Lolo, Fede y yo, jugando con algo de celos y competencia. Por el pata pata, por la pelota, por los tutús, por lo chicos que somos. Ya lo dije, así somos. Cinti se despertó y se fue. Llegó Papálolo que venía de jugar al fútbol y se comió todas las galletitas saladas. "Están bárbaras" dijo. Yo lo quería corregir, a "estaban" bárbaras, pero ni modo, no lo hice.

Se fueron los lolo's family y seguimos jugando con Fede. Hicimos unos dibujos, saltamos en el sillón, vimos algo de tele, tomamos otra leche con las galletitas dulces (las saladas ricas se las llevó Papálolo en la panza) y vinieron el abu Domi y Paula a buscarnos. Mientras charlaban, seguíamos jugando con Fede y Gabi. Un poco con el abu y Paula también.

Yo no quiero que Gabi cuente, pero ando algo fastidioso o no sé qué, porque se me da por llorar un poquito cuando algo no se hace como yo quiero. Puede ser desde que no me presten un tutú, o que no me quiero atar los cordones o que no están jugando como yo digo. Creo que esta tarde de galles pasaron las tres cosas. Gabi me habló con firmeza. Medio que no me quedó otra que hacerle caso. En mi berrinche de la tarde, en cambio, me agarró a upa y me habló más suave. En ambos casos se me pasó.

Cerca de las nueve de la noche nos fuimos en el auto del abu Domi. La tarde de galles se quedará en mi recuerdos, y se Gabi pone todo esto en el blog, otros podrán recordarlo también.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Es el cumpleaños de Lolo

Yo no sé cómo fue bien. Cuenta mi mamá que vi un camión de la basura y que así empecé a jugar a eso: a juntar la basura. De hecho armé un camión de la basura en mi casa. Algunas partes también forman la carrocería de un tractor, pero eso es para otro juego. Si la siguiéramos con el tractor, en la casa de los tíos Ale y Gabi tengo mi librito del Tractor guardando en el asiento del pata pata que siempre está en mi pieza en casa de ellos. Y ayer fui a la casa de ellos. Y para seguir dando vueltas sobre el mismo epicentro, jugamos con Ale y con Gabi a juntar la basura.

Había basura liviana y cerca y basura pesada y lejana. Después de cargar el camión nos subíamos a la reja que es la parte de atrás de los camiones, hasta que parábamos en otro lugar para juntar más basura. Primero anduve en el pata pata. El libro del Tractor lo vimos muy rápido, porque más me gusta jugar con los autitos (se llaman tutús) de cuando Gabi era chico. Ya quedan pocos. Me parece que hay más chicos que juegan con estos tutús. Los que no se rompen, se pierden, y los que no, alguien se los lleva. ¿Saben dónde guardamos ahora los tutús? Sí, en el asiento del pata pata. Antes, había muchos tutús y estaban en una bolsa en el cuarto del fondo. Ahora, que quedaron menos, los metemos todos dentro del asiento.

Después de jugar tanto, la tía se baño y se puso preciosa para ir al cumpleaños de Lolo. Lolo es un amigo que me regaló la amistad del tío Gabi con su amigo Alejandro. Lolo es hijo de Alejandro. Lolo tiene que cumplir años algún día, y ese día fue justo ayer, a tres años justos del mismo día que nació hace tres años, claro está. Yo pensé que ibámos a ir en el tutú del tío, pero me equivoqué y fuimos caminando. Me parecía que no podía ser tan lejos, porque si íbamos caminando es porque era cerca. Resulta que estos dos me llevaron (caminando) hasta el centro de Ballester. Me compraron un pantalón y una remera. Lindos regalitos. Después, sí, fuimos al cumple. Lo bueno de caminar con los tíos, es que me cuidan mucho, me enseñana a cruzar la calle y juegan un poco a caminar haciendo equilibrio. Son lindos los tíos.


El cumple estuvo bueno. Todo ambientado del Hombre Araña. Se ve que a Lolo le gusta el Hombre Araña. Había juegos, castillo inflable, coca cola, fútbol. Re-bueno. Jugamos al fútbol con Gabi y Ale me acompañó a jugar con los otros chicos. Bailé la canción de la estatua, esa de "girando, girando, no sé qué más dice... E S T A T U A" y te tenés que quedar quietito. No sé por qué, pero eso te hace reir. Lo más más, el castillo inflable. Salté, corrí, me trepé, me tiré, como si estuviera feliz. Tal vez lo esté. Uh, casi me olvido de la piñata. Ya la tengo clara, algunos caramelos lo tiran por las afueras del quilombo de nenes que se hace bajo ella. Ahí, es más cómodo y pude hacer una buena recaudación de caramelos.

Comí pizza, tomé coca cola porque tenía sed. Cuando tengo sed es que quiero coca cola. Si no, lo que tomo es agua. También comí torta. Después, de nuevo a caminar hasta la casa de los tíos. Ahí sí, era cerca como yo había creido, pero estaba cansado, así que me pareció más lejos que cuando fuimos por el centro de Ballester. Por suerte, para llevarme a la casa de los abus, no se les ocurrió caminar. Ahí sí, fuimos en el tutú del tío. Bueno, también es de la tía, pero siempre maneja Gabi. Antes de irnos me dieron otro regalito: un tutú del Hombre Araña. Uno igual al que le regalaron a Lolo. ¡Qué bueno! Otro cumple años y yo recibo regalos.


Cuando llegamos de los abus me puse contento porque vi el auto de mis primos. Estaban los dos. Casi siempre están los dos juntos, eso le pasa a muchos mellis. Comí un poco más de pizza y pude ver algo de tele, que ya la extrañaba porque en la casa de los tíos no la vi. Aunque ahora que lo pienso, no me hizo falta, porque me la pasé jugando con Ale y con Gabi.